

Pretender que el presidente y la vicepresidente se distancien o tomen caminos distintos es una aspiración institucionalmente dañina para el futuro del país que, por otra parte, ya se concretó en una ocasión reciente y nos fue mal, muy mal. (Sigue)
— Roberto Lavagna (@RLavagna) October 12, 2020
Efectivamente, la sociedad argentina no está para soportar extremismos ni de derecha ni de izquierda.
— Roberto Lavagna (@RLavagna) October 12, 2020
Aceptar la idea de respetar la unidad de la fórmula que fue elegida implica también respetar un equilibrio hacia el "centro" que permita gobernar. (Sigue)