Una pericia contable oficial, pedida por la propia Cristina Kirchner, revela que el 81,5% de los ingresos de Hotesur provinieron de apenas diez clientes, y más de la mitad de ese monto lo aportaron empresas vinculadas a Lázaro Báez, principal contratista del kirchnerismo. El informe agrava su situación judicial en la causa por presunto lavado de dinero, donde será juzgada junto a su hijo, Máximo.
Según la pericia preliminar, Báez pagaba millonarios cánones mensuales por hoteles que operaban a pérdida, con habitaciones muchas veces vacías. Austral Construcciones —su firma insignia, financiada con obra pública— fue el mayor cliente: aportó más del 45% de la facturación entre 2010 y 2011. Le siguen Aerolíneas Argentinas y otras empresas del grupo Báez, que en total representaron el 52,5% de los ingresos de Hotesur.
El circuito detectado por la justicia es el siguiente: el Estado giraba fondos a Austral por obras viales, y esa empresa financiaba al resto del holding, que luego giraba dinero a las firmas de los Kirchner mediante alquileres hoteleros sin actividad real.
La pericia también revela que Valle Mitre, administradora de los hoteles de la familia Kirchner, no generaba ganancias y acumulaba pérdidas millonarias, pero seguía pagando los cánones como si el negocio fuera rentable.
Estas conclusiones refuerzan la acusación de que Hotesur y Los Sauces funcionaban como vehículos para lavar dinero proveniente de contratos irregulares con el Estado. La causa será juzgada por el Tribunal Oral Federal 5 y está conectada con el caso Vialidad, donde Cristina ya fue condenada a seis años de prisión.