En cambio, y según cifras no oficiales, casi el 60% de los adultos que pasaron por el régimen penal juvenil vuelve a delinquir.El plan ofrece una segunda oportunidad a adolescentes de entre 15 y 18 con causas penales.

Desde su creación en marzo de 2024, el programa Involucrados se consolidó como una experiencia ejemplar de justicia restaurativa en la zona sur del conurbano. Se trata de un proyecto que apunta a la reinserción social de jóvenes en conflicto con la ley.

Impulsado por la Secretaría de Prevención y Seguridad Ciudadana del Municipio de Almirante Brown, en articulación con el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de Lomas de Zamora, la Universidad Nacional Guillermo Brown (UNaB) y actores de la sociedad civil, “Involucrados tiene la importancia de trabajar para reducir reincidencia y promover la reinserción social de jóvenes, fortaleciendo los lazos comunitarios y construyendo ciudadanía”. Así lo explica Marta Pascual, jueza del Tribunal Penal Juvenil y una de las fundadoras del programa. Pascual (quien recientemente fue reconocida con el Honoris Causa por la UNaB) es considerada una de las principales impulsoras de este proyecto, que ya comienza a replicarse en otros municipios.

El objetivo central es ofrecer una segunda oportunidad a adolescentes de entre 15 y 18 años, provenientes del Departamento Judicial de Lomas de Zamora y con diversas causas penales en distintas etapas procesales. En lugar de recorrer el camino tradicional del encierro, los jóvenes acceden a un proceso restaurativo que combina educación, inclusión laboral, acompañamiento comunitario y reparación simbólica.

Cada joven derivado por la Justicia ingresa a lo que denominan un “círculo restaurativo”, acompañado por un guía comunitario. Estos guías, que son docentes, comerciantes, referentes barriales y, o vecinos, fueron especialmente capacitados por la UNaB en escucha activa, contención, mediación de conflictos y acompañamiento personalizado.

Respecto a este programa, el secretario de Extensión y Bienestar de la UNaB, Ignacio Jawtuschenko, destaca: “Los chicos han reorientado sus vidas y varios incluso terminaron el secundario. Dejan de ser ‘pibes chorros’ para pasar a ser orgullosos vecinos de Brown”.

Desde que empezó, el programa ayudó a 50 jóvenes. De ese total, solo cinco reincidieron “en todos los casos por hechos menores”, tal como lo explica la jueza Pascual. Y agrega que, en cambio, «los adultos que pasaron por el régímen penal juvenil vuelven a reincidir entre 50 a 60%, aproximadamente». Aunque aclara que no hay estadísticas oficiales.

Entre los logros más visibles, se destaca que 11 jóvenes se reinsertaron en la escuela secundaria, uno terminó el secundario e ingresó a la UNaB, 6 accedieron a empleos formales, y 2 comenzaron talleres de oficio.

En este Progrma estamos en menos del 10% y x hechos menores q es muy importante y sin daño a las personas

La intervención tiene una duración de un año y se basa en encuentros semanales, talleres educativos y laborales, monitoreo judicial, y actividades culturales y deportivas. También se promueven instancias de diálogo con las víctimas, como forma de responsabilización y toma de conciencia.

En los últimos días, 22 voluntarios recibieron sus certificados como guías comunitarios. En total, ya son más de 60 los vecinos capacitados, entre ellos docentes, miembros de iglesias, clubes barriales y organizaciones sociales. En este punto, la Universidad Nacional Guillermo Brown es fundamental no solo en la formación de estos tutores, sino en la construcción de un entorno inclusivo y educativo.

El programa no solo ha recibido reconocimiento local, sino que también ha sido presentado en congresos nacionales e internacionales sobre justicia penal juvenil, en provincias como Catamarca y en países como Colombia y España. De este modo, Involucrados funciona como un modelo de intervención integral que combina el compromiso judicial, el respaldo institucional y el acompañamiento vecinal.