El galeno no la podía creer cuando le dijeron.
-¿Justo un romano me viene a hacer un juicio?
-Sí, doc.
-¿Quién será?
-Qué sé yo. El colmo sería que fuera un gladiador de los que curaste.
– ¿Un gladiador de los que curé? Un cobarde. No se anima ni a firmar el escrito de inicio de demanda. ¡Qué injusto!
-Basta de llorar, doc.
-¿Para qué carajo me habré venido a vivir a Roma?
-Bueh, che. Estás en la Corte, no te quejés…
-Es que para esto me quedaba en Grecia, con Estraconio y Sátiro, que por lo menos nos cagábamos de risa.
-Y, con esos nombres… ¿Qué eran? ¿Payasos?
-No estaría mal. Estraconio, Sátiro y Galeno. La risa a pleno. Ja. Tenemos slogan.
-Eslogan y Yésica. Fuga en el siglo 23.
-Pará. ¿Ahora me vas a competir?
-Claro, doc.
-¿Sabés quién es el doctor que más camina?
-Nop.
-El doctor Ando.