Tantas diferencias había que llegaron hasta la Corte. A propuesta de Horacio Rosatti, el máximo tribunal se declaró incompetente y notificó del caso a la ONU, el CIADI y La Haya. «Que alguno de ellos se haga cargo», se le escuchó decir al juez. Ocurre que Díaz no había accionado contra el super de su barrio u otros en los que le pasara lo que él afirmaba. O en todo caso, juicio a la cámara que nuclea a los supermercados chinos. No, el hombre accionó directamente contra Medio Oriente. Es decir, la mitad de los orientales. Lo citaron para que expusiera el caso y aclarara el asunto. Si no sabemos a quién se demanda… Descartada la posibilidad de que se tratara de una acción por las eternas disputas entre árabes y judíos o incluso que fuera una dirigida contra media población uruguaya el asunto quedó claro con sus palabras finales. «Siempre me cagan el vuelto y nunca les entiendo nada». Vaya si había diferencias, como dice la carátula.