¿El que se fue a Sevilla perdió su silla? No (por ahora)

El Gobierno no podrá cubrir ya tres cargos clave en la Justicia por el fallo de Corte.

Tan veloz había sido la jugada del Gobierno -acorde con los antecedentes del kirchnerismo- que el desafío era doble. Porque convengamos que el Poder Judicial no se caracteriza precisamente por su velocidad. Los tres jueces de la noticia habían ya perdido sus cargos, el motivo original de su lucha judicial: aferrarse a sus sillas porque fuera de ellas sería difícil ganar la pulseada. Ya sin ellos allí, la siguiente estación del tren gobernante con locomotora femenina era ocupar esos lugares a como diera lugar. Pero la tortuga judicial reaccionó y su motor fue justamente alguien que tenía la única llave, Carlos Rosenkrantz, o para los juegos de palabras de este blog, desde la semana pasada «el torbellino», cual apodo de boxeador.

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