El colmo: le hizo juicio su propia sombra

Qué palabra rara, sombra. Digo por cómo suena. Lo peor es que la tenemos todo el día al lado nuestro y ni pensamos en ella. Y ese viene a ser el problema en este caso del maravilloso mundo de las carátulas. Sombra no estaba de acuerdo con los lugares a los que iba Linser y decidió hacerle un juicio. Tuvo un promotor para ello, claro. Un sombrío y oscuro abogado llamado Mariano Methapes da Luz, un brasilero que solía acudir a los tribunales con un sombrero tipo Panamá motivo de polémica entre los empleados de los juzgados. Para las chicas le quedaba muy bien. Para los varones se trataba de una burda patraña para ocultar su calvicie. El asunto es que Methapes da Luz convenció a Sombra de hacer el juicio bajo el viejo y enorme ceibo de Plaza Lavalle. Quizás fue por los mismos encantos que le veían las empleadas tribunalicias. «Usted no está obligada a ir donde él quiera», señaló el abogado. «Claro, y menos a los lugares horribles que va de vacaciones», interrumpió Sombra. «Ahora, por la pandemia quiere ir a un lugar donde cree que va a haber poca gente y que escuchó en una promoción del gobierno de Córdoba. Dice que se llama Get out if you can. Yo pensé que era un resort pero averigüé. Es Salsipuedes. ¿Qué voy a hacer yo ahí? ¿Se da cuenta, doctor?», preguntó ella. Ahí mismo fueron a entablar la demanda.