El precio de la fama: ¿Dustin Hoffman o Tootsie?

El tipo quiso olvidarse de todo y tomó el primer bondi que vio. Justo. Era el 130 y lo dejaba en el Sheraton, el hotel donde estaba parando. Se dio cuenta por la Torre de los Ingleses en Retiro. Era el único pasajero y perfectamente podría haber llegado dormido hasta La Boca. No hubiera estado mal tampoco a sus fines turísticos. Pero no era la hora adecuada. Y los nervios no le dejaban dormir. Pensar que había actuado en los mejores teatros de Nueva York. Dustin había salido a la tarde a caminar y caminar todo directo por la Avenida del Libertador. Se embelesó con todo lo que vio en su camino, incluido el horroroso edificio del Automóvil Club. De golpe llegó al Hipódromo y le dio curiosidad. Y entró. Pagó la entrada y se encontró con máquinas tragamonedas. No estaba la que a él le gustaba pero jugó y jugó y bebió y bebió. Un gin tonic tras otro. Hasta que quedó seco y salió solo con su SUBE. Le dijeron que el bondi al Sheraton pasaba al otro lado de la pista de caballos, en los bosques frente al club GEBA. Dio la vuelta por Dorrego y siguió caminando hasta que se cansó. Se sentó reposada su espalda contra el tronco de un árbol. El pelo largo que había decidido dejarse de jubilado daba a confusión, es cierto. Los travestis allí estaban y los autos iban y volvían. Despertó cuando un veterano como él le preguntaba si era la famosa Tootsie, la de la película. Al escuchar esa palabra como letanía, casi como una cruz, Dustin le respondió: «I’m Hoffman». El veterano, que apenas chapuceaba el inglés, pensó que lo estaba cargando. «I’m off, man», creyó haber escuchado, no está claro si porque le decía que estaba fuera del juego o porque necesitaba un repelente para espantar los mosquitos. Sea como fuere allí mismo empezó el desmadre. El riesgo de ser famoso y que te confundan con el personaje. Llegó un patrullero y para qué. Ahora eran Darío, el otro de la carátula y la cana contra él. Pero se las arregló para noquearlos a todos mientras gritaba que había estado en la guerra de Irak y que era un marine. En la refriega quedaron caídos su pasaporte y la llave de la habitación con el logo del hotel. Suficiente.

NdR: La historia es ficticia. La carátula, real. No se trata de Dustin Lee Hoffman, el famoso actor, sino de un casi homónimo llamado Dustin Joshua Hoffman y con una causa penal ante los tribunales argentinos. Una fuente judicial dijo que se trataría de un ex combatiente estadounidense en la guerra de Irak.

Tootsie de joven
Dustin Hoffman añejo