La carátula del día: cuando el editor es mal editado

Pero… ¿Y cómo pasó esto, doctor?», insistió el ejecutivo. «No sé, no sé, ya le dije, no sé», respondió ya resignado el abogado al levantar sin ganas la mirada del piso. «¿Se da cuenta, no, lo que esto significa para nosotros?», preguntó sabiendo la respuesta el hombre y señalando la pantalla de la computadora. «Sí, obvio, la editorial queda mal parada, pero yo no fui», siguió a la defensiva el letrado, habitualmente agresivo, profesionalmente hablando. «No nos llamamos Gbrupo Editor. Somos Aique Grupo Editor, sin ninguna B en el medio. Ahora van a decir ‘ay, qué boludos’. ¿Se da cuenta?». Cuando el jefe tiene razón, tiene razón. Sobre todo cuando hay más enojo que ironía, lo que parecía ser el caso. «Yo escribí bien. ¿Cómo me voy a equivocar en algo así? Fue un error de tipeo del que cargó la data en el sistema, alguien de Tribunales. Quédese tranquilo que en el expediente en papel está todo bien escrito», trató de calmar el profesional que iba a los tribunales todos los santos días cuando no había pandemia. Un rato después, en el baño, mientras descargaba el pis y la tensión, el abogado le diría a González, el administrativo que mensualmente le entregaba el cheque y por el que tenía cierta simpatía por ser ambos de All Boys: «Esta cuarentena de mierda. Todo digital y por un error ajeno me cagan a pedos».