Sé presidente, fuereis de boca por la tele y os meteré una denuncia. Ese parece ser el lema castizo arrabalero para los que ocupan algún lugar de relevancia en la administración nacional o la vida pública del país. El ex presidente provisional de la Nación Eduardo Duhalde volvió a ganarse este viernes una denuncia penal por sus dichos sobre un presunto «golpe de Estado» en ciernes contra el gobierno de Alberto Fernández. El jueves había sido por parte del ex candidado presidencial Juan José Gómez Centurión, que en rigor no lo denunció puntualmente a él sino el hecho en sí del que él habló en Animales Sueltos el lunes y que tanto revuelo generó.
Esta vez fue el historiador Hernán Santiago Páez Moritán -o un improbable homónimo del que figura en Facebook– quien llevó el asunto a Comodoro Py. También lo hizo el empresario peronista Gabriel Santiago Cúneo u otro improbable caso de nombre repetido que también planteó el tema en formato denuncia en los tribunales federales del barrio de Retiro. La primera denuncia quedó radicada en el juzgado a cargo de María Servini. La segunda, en el de Julián Ercolini. Pero ellas pasarán seguramente al tribunal a cargo de Marcelo Martínez de Giorgi como juez titular (el 8 de la primera instancia de Comodoro Py) ya que allí quedó la primera denuncia de Gómez Centurión.
Gómez Centurión, quien se sintió aludido como futuro presidente de facto a partir de los dichos del periodista Gustavo Sylvestre en la tele y la radio, deberá ratificar la denuncia ante Martínez de Giorgi y luego pasará al fiscal Jorge Di Lello para que requiera la instruccion penal y la apertura formal de una causa o simplemente la desestima por inexistencia de delito, posibilidad más que probable.
Duhalde había puesto en duda la elección legislativa del año próximo y Sylvestre le echó más leña al fuego al revelar que les había planteado el tema al presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La verificación del ministro de Defensa, Agustín Rossi, con el alto mando militar dio, como era de esperar, resultado negativo. Y luego el ex presidente pareció retractarse al admitir que pudo haber sufrido «un desenganche de la realidad» a partir de la pandemia del coronavirus.
