El bumerán: un juez se excusó por ser él otro trasladado

Gallegos Fedriani dijo que no intervendrá en el amparo de sus colegas Bruglia y Bertuzzi.
Bumerán - Progreso Semanal
Ida y vuelta. El Gobierno lanzó una movida en el Senado que, vistos los hechos, desnuda su maniobra.

El juez federal Pablo Gallegos Fedriani se excusó de intervenir en el amparo planteado por sus colegas Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia para evitar ser desplazados de la Cámara Federal penal porteña justamente por ser él también un magistrado «trasladado» como ellos, a quienes ahora les exigen un nuevo acuerdo del Senado de la Nación para seguir en esas funciones. «Decoro y delicadeza» fueron los motivos que llevaron al juez a correrse del caso. El bumerán vuelve al Gobierno. Bruglia y Bertuzzi no son una excepción sino figuritas repetidas en la Justicia por el problema de fondo: las vacantes y cómo llenarlas.

Bruglia y Bertuzzi deberán presentarse la próxima semana en una audiencia pública convocada por la comisión de Acuerdos del Senado para pasar el filtro del escrutinio público a través de los legisladores, quienes los interrogarán sobre sus cualidades para ejercer los cargos que actualmente cumplen en la sala I de la Cámara de Apelaciones por la que pasan la mitad de los casos de corrupción que tramitan en los tribunales federales de la Avenida Comodoro Py 2002. Otro colega en la misma situación, Germán Castelli, ya adelantó que no irá.

En caso de no sortear el aval del Senado, como ellos mismos temen que ocurra, Bertuzzi y Bruglia deberán regresar al Tribunal Oral en lo Criminal Federal 4 (TOCF4) del que habían sido trasladados durante el gobierno de Mauricio Macri a la Cámara de Apelaciones que estaba sin jueces titulares en cuatro de sus seis cargos por las demoras del poder político en la cobertura de las vacantes en los tribunales nacionales y federales de todo el país, el problema de fondo en este asunto.

El excusado. En la quiniela es el 91, pero en este caso se trata del camarista Pablo Gallegos Fedriani.

Lo que no figura en la foto de arriba es el nombre de Gallegos Fedriani, firmado vía digital por la cuarentena sanitaria, ni la ausencia de acuerdo del Senado para que ese magistrado pasara de una sala de la cámara a otra. Está hace dieciséis años en esa situación y jamás el Poder Ejecutivo envió su pliego al Senado para una nueva ratificación parlamentaria, como ahora ocurre con Bruglia y Bertuzzi. Claro que en el caso de estos no se trata del mismo tribunal sino de uno de juicio a una cámara de apelaciones.

El dúo de magistrados apuntados por el Gobierno fracasó en primera instancia en su planteo. La jueza María Alejandra Biotti rechazó el amparo pese al dictado de una medida precautelar previa ignorada luego por el Senado que ordenaba frenar el asunto. Por ello apelaron al tribunal superior pero a la vez plantearon un per saltum directamente ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Una eventual intervención del máximo tribunal agrandaría lo que podría interpretarse como un conflicto de poderes habida cuenta de lo resuelto en el Senado con la orden judicial temporaria.

Castelli, otro de los jueces afectados por la maniobra iniciada en el Consejo de la Magistratura por el representante del presidente Alberto Fernández en el organismo, Gerónimo Ustarroz, también pedirá un per saltum en caso de derrota con su amparo individual. Este juez, que integra el tribunal oral que juzgará la «causa de los cuadernos» -presuntas coimas pagadas por empresarios a los gobiernos kirchneristas- ya había recusado a la jueza que le tocó, Macarena Marra Giménez, por ser una secretaria subrogante sin acuerdo del Senado.

También interpretativo, y de ahí la foto de más arriba y el título, podría concluirse que la movida oficialista pudo haberse convertido en un bumerán que devuelve el problema de fondo a las manos del Gobierno y que hasta desnuda sus verdaderas motivaciones. Bruglia y Bertuzzi intervinieron en varias causas de corrupción que involucran a los gobiernos kirchneristas y corren riesgo de ser corridos ahora de un tribunal clave. Y se sabe, y no está de más recordarlo: el Senado es encabezado por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, actual vicepresidenta de la Nación procesada en varias de esas causas.