Y al final la oposición judicializó la complicada sesión de la semana pasada en la Cámara de Diputados. Pero no fue ante el fuero Contencioso Administrativo para pedir la nulidad del encuentro y los proyectos aprobados sino en Comodoro Py y por el tema de los cientos de mensajes desconocidos que el titular del cuerpo, Sergio Massa, dijo haber recibido en tono amenazante -incluidos sus hijos, según publicó elcohetealaluna.com– porque la oposición difundió su número de teléfono celular, acusó. El diputado bonaerense de Juntos por el Cambio Waldo Wolff, uno de los señalados por el massismo, presentó este lunes una suerte de «autodenuncia» penal que quedó radicada en el juzgado 11, subrogado actualmente por Marcelo Martínez de Giorgi e histórico territorio del fallecido Claudio Bonadio, para que se investigue si fue él quien socializó el número de Massa.
De acuerdo con fuentes judiciales, Wolff no sólo mencionó en su denuncia como eventuales testigos a Massa sino también al legislador bonaerense Jorge D’Onofrio, con quien tuvo duros cruces a través de la red social Twitter y hasta indirectamente radiales. Se sabe: la oposición quiere sesionar de manera normal y no virtual en tiempos de pandemia y cuarentena y el Frente de Todos logró extender la modificación al reglamento para continuar con los debates a través de la modalidad remota. La eventual discusión legal en un hipotético juicio contencioso sería en torno a una palabra: consenso. Pero primero, como siempre, lo penal. Y si es Comodoro Py, mejor.