Arde Troya: le secuestraron el caballo

Ya se sabe. La Justicia es el lugar de la verdad. O al menos, de la verdad jurídica, como dicen. Lindo invento para los ineptos ese concepto, je. Sigamos. Y la verdad suele desmitificar. Pues este es uno de esos casos. Troya no es un pueblo o un lugar físico, como creíamos por la mitología griega, sino una persona. Y Troya denunció esta semana en Comodoro Py el secuestro de su famoso caballo. Difícil de ocultar el equino, pero aún no aparece. Le dejaron una nota pidiendo rescate. La causa había recaído originalmente en otro juzgado. Pero decían que allí los secuestradores corrían con el caballo del comisario. Por eso la reasignación de tribunal consignada en la carátula. Ante la ampulosidad y dimensión de su equino, Troya, hábil, pidió como primera medida buscar en los desarmaderos de autos. Cree que de allí podrá surgir alguna pista. O al menos las ruedas, ja. El único problema es que tiene el seguro vencido y que un abogado amigo de su primo le dijo que el delito ya prescribió. Apenas enterado, el juez sorteado preguntó a sus empleados quién había llevado al tribunal «este presente griego», dijo. Arde Troya.