La Corte pasó a una subrogante su juicio al Estado por la anulación de su traslado.
Sí, ya sé. El dicho habla de «cuando vinimos de España» y aplica para la inmigración grande del siglo XX, pero resulta que Juan José Castelli era hijo de un italiano y no de un español. Desconocemos si el juez Germán Castelli es descendiente del famoso integrante de la Primera Junta de gobierno del 25 de mayo de 1810. Sospechamos que sí, por las patillas. Pero bien podría valer para él igual el dicho de regresar al lugar desde el que partimos al arrancar la historia. ¿Por qué? La Corte Suprema de Justicia de la Nación dijo que su juicio contra el Estado por su traslado de cargo dispuesto por Mauricio Macri y anulado por Alberto Fernández con «desacuerdo» del Senado debe retornar a la primera instancia judicial y ser resuelto por la jueza que no es jueza sino secretaria de Cámara que subroga un juzgado y que ya le había fallado en contra. El mismo problema de siempre y el que ahora está de moda. Subrogancias y traslados. Casi lo mismo. Vacantes y cómo llenarlas. Política y Justicia. Justicia y política.
La subrogante de marras es, vaya casualidad por el apellido, Macarena Marra Giménez, quien ya había rechazado a mediados de setiembre la medida cautelar pedida por Castelli para permanecer en su cargo y que motivó su pedido de per saltum o salto de instancia resuelto ayer por el máximo tribunal. La Corte revocó lo dispuesto por la magistrada subrogante y otorgó la medida cautelar pedida por Castelli. De esta manera el juez podrá mantener su puesto en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 7 (TOCF7) de la Capital Federal hasta que tenga una sentencia sobre el fondo del asunto respecto de su traslado del TOCF3 de San Martín al de Comodoro Py decidido por el gobierno de Macri. En caso de derrota podrá apelar e intentar llevar de nuevo el asunto a la Corte, que ya le dijo a Marra ceñirse a las pautas establecidas con los otros dos «trasladados» famosos, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, extensible a todos quienes pasaron de un tribunal a otro sin acuerdo del Senado, alrededor de medio centenar de magistrados.
No está de más recordarlo, sobre todo porque para la oposición y buena parte de la opinión pública es el fondo del problema. El TOCF7 de Py tiene en su agenda de casos la causa de «los cuadernos de las coimas», con la vicepresidenta y ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner como principal acusada pero aún sin fecha de inicio para el debate. ¿Seguirá adelante Castelli en ese juicio o se excusará? ¿Por qué debería excusarse? ¿Por quedar en situación de debilidad por lo dicho por la Corte? ¿No será al revés? Lo más probable es que lo recuse la defensa de Fernández –ya lo dijimos hace un par de meses- y ahí tendrá la palabra la Cámara Federal de Casación que ya le jugó en contra al magistrado en este galimatías jurídico político cuando le cerró la puerta de su tribunal tras el decreto presidencial que anuló su traslado.
Marra Giménez también había fallado en su contra en la cuestión de la medida cautelar. Pero justo cuando estaba por expedirse sobre el fondo del asunto para resolver la acción de amparo la Corte le sacó de las manos el expediente a raíz del per saltum planteado por Castelli. Creo que lo dije en otra nota. A veces pienso que alguien o álguienes -permítaseme la palabra inventada- calculó fríamente todos los movimientos de este caso, hablo de «la causa traslados». Tanto en un lugar como en otro bien distinto. Como si de una partida de ajedrez se tratara, en vez de la metáfora futbolera que usé a partir de la delantera que todos recitamos de memoria: «Bruglia, Bertuzzi y Castelli». Marra Giménez ya fue recusada por Castelli pero mantenida en su cargo por sus superiores de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal. Ojo con este punto a futuro.
Por más que tenga funciones a plazo fijo -como todos los jueces trasladados a partir del fallo del martes de la Corte- Castelli tiene un plus que significa este juicio abierto que lo ampara. Recién le empezará a correr el reloj del plazo fijo cuando vuelva a intervenir la Corte y diga su palabra en el fondo del pleito. Y la Corte no tiene plazos. Entre medio, una jueza subrogante -con los cuestionamientos que estos tienen encima, incluso de la propia Corte-, un Consejo de la Magistratura vapuleado pero a la vez con más poder para la coyuntura por los cargos a cubrir y un viejo fallo que descansa en el cuarto piso del Palacio de Justicia que puede pulverizar a este último organismo según la última reforma aprobada durante el gobierno de Néstor Kirchner.
«Son partidos que se definen por pequeños detalles», le dijo Castelli a Juez y Parte. Si antes pudo ser fútbol y ahora ajedrez bien podría ser también en esta etapa tenis y Copa Davis. El dobles ya lo jugaron Bruglia y Bertuzzi. Perdieron. Ahora toca el turno del single decisorio, con Castelli en la cancha. Llega de punto. Tiene las de perder. Pero también las tenía el miércoles, cuando escribimos sobre él y recomendamos jugarle a la terminación de su número de expediente en la quiniela. 03, San Cono, patrono de los quinieleros. Salió ayer en la vespertina tras la decisión de la Corte. Pero un par de horas antes, con el fallo ya firmado, en Montevideo fue el 91 el que figuró a la cabeza. El excusado. La Corte había pasado la pelota a la jueza subrogante. En cierto modo, se había excusado. Y a la noche -ya los abrumo, ¿no?- salió el 71, el excremento. Lógico después del excusado o retrete o inodoro.
Quiniela al margen, el partido sigue y será largo. Me inclino por el tenis y la final de Roland Garros, donde no hay límite como en los otros torneos -Copa Davis incluida- ni tie break o muerte súbita que valga. Hacen falta dos games de diferencia. Como los 2/3 del Senado o el Consejo de la Magistratura. Lo que requiere negociación bien entendida. Política pura. Todavía quedan varios capítulos.