La delantera desmembrada: Bruglia, Bertuzzi ¿y Castelli?

Todo indica que correrá la misma suerte que ellos, pero volvió a reclamar a la Corte.
El pensador de Plaza Lavalle. Detrás, el cuarto piso del Palacio de Justicia, sede de la Corte Suprema de Justicia. Fotomontaje: Neus van der Javo.

Resuelto el caso, leído el fallo y escuchadas sus interpretaciones y opiniones, vamos a detenernos en un punto que no salió en los titulares y seguir con la comparación futbolística de los últimos posteos sobre el tema a partir de la memorización de los apellidos de sus protagonistas. ¿No eran tres los delanteros del equipo Traslados? Bruglia-Bertuzzi-Castelli, BBC le habían puesto. Aquí propusimos la inversa: CBB. ¿Por qué? ¿Castelli era puntero derecho? ¿Y si era el 9 goleador y debiera ir al medio? Castelli era -y es aún- el que más directamente podría influir de los tres sobre la situación judicial de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner si es que ella era la génesis del asunto, como dice la oposición y sospechamos muchos. Es uno de los que deberá juzgarla por el caso de «los cuadernos de las coimas». ¿Y por qué el martes casi no se habló de él ni en los papeles? Veamos. Detengámonos en este punto. Y otro par aledaños. ¿Será distinto con él? Mmmmmm. Parece que no. Pero por las dudas él se encargó de recordárselo a la Corte este miércoles, antes que resuelvan su caso. Aquí, el texto de su presentación.

La primera respuesta es que se trata de expedientes distintos. El amparo de Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi fue planteado de manera conjunta, antes que el de Castelli, y lleva el número 11174 de las asignaciones de este 2020 en la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal (CAF, según las siglas asignadas dentro del sistema interno del Poder Judicial). El de Castelli es el 11503. Ojo quinieleros, el 03 es San Cono, el patrono de la suerte en los juegos de azar. Y Castelli estaba hasta el martes expectante, fifty-fifty, según pudo saber Juez y Parte. Aún tiene la mitad de las chances tanto para perder como para ganar. El partido no terminó. ¿O sí? Parece que sí. Pero ante la duda, presentó un escrito por demás elocuente ante los jueces supremos.

Sostiene allí que si «contra legem» (contra la ley) resolvió la mayoría de la Corte la situación de Bruglia y Bertuzzi pues «contra legem» podría fallar en su propio caso al tratarse de algo «excepcional y extraordinario». Tras reseñar brevemente el lugar en el que quedó jurídica y hasta laboralmente ante lo decidido el martes por el máximo tribunal, Castelli señaló que sería una «ficción» pensar que el mismo Consejo de la Magistratura al que él demandó hasta internacionalmente por su incómoda posición vaya a evaluarlo justamente porque se está ante «una desigualdad inadmisible». Menos aún que lo elija el presidente Alberto Fernández y le dé su acuerdo el Senado. Algo parecido dijeron Bruglia y Bertuzzi al pedir las prórrogas de licencias por una semana antes de reintegrarse a la Cámara Federal de Comodoro Py.

Si la Justicia es dar a cada cual lo que le corresponde, eso no significa que haya empates, como quizás se quiso presentar el resultado de sus compañeros de delantera, que seguirán en sus estratégicos cargos de traslado pero a plazo fijo, cuando concluya un concurso que aún no empezó y demoran años, se sabe. Bruglia y Bertuzzi -y un número no determinado de colegas, quizás medio centenar- perderán sus puestos y dos bienes sagrados de los jueces, no solo por ellos sino para todos los justiciables, como dicen en Tribunales: la estabilidad e inamovilidad en sus cargos. Lo más probable es que así también sea en el caso de Castelli, cuya resolución remitiría mañana, jueves, a lo que ya dijo el máximo tribunal respecto de sus colegas el martes.

El principal punto técnico de la diferencia entre ellos y Castelli -el rango de los cargos del traslado- casi ni fue mencionado en el fallo del martes más allá del resumen de los antecedentes al inicio del texto. Castelli fue trasladado de un tribunal oral federal de San Martín a otro de Comodoro Py. Distinta jurisdicción, misma tarea. El dúo BB pasó de un tribunal oral que juzga y condena o absuelve en Comodoro Py a una cámara de apelaciones que revisa procesamientos y sobreseimientos en el mismo edificio. Misma jurisdicción, distinta tarea. Pero no es ese el punto.

El fallo del martes se concentró directamente en la cuestión genérica «traslados», más allá de los cargos, lo que obviamente también fue tratado pero en menor medida. Y reclamó una ley específica del Congreso para terminar con la judicialización de estos casos y regular el asunto de una buena vez, por más que esto haya sido forzado por el propio Gobierno. Pero no resolvió solo lo de Bruglia y Bertuzzi sino que se metió con todos los jueces trasladados. Y aquí el problema, pese al noble fin de ordenar el caos. Algunos simplemente dejarían de ser jueces sin que hubieran renunciado ni los hayan removido. Hay quienes creen que esto merecería una aclaración de la Corte y hasta un pedido en tal sentido del Consejo de la Magistratura, el otro gran derrotado de la sentencia. Ni imaginar los juicios que se avecinan, si de evitarlos habló la Corte…

El punto de la polémica. Eso dijo la Corte al resolver el problema de todos los trasladados, no los del caso.

Uno de los jueces alcanzados por ese párrafo de la parte resolutiva del fallo de la Corte es María Servini, la federal 1 con competencia electoral en la Capital Federal. Lo recordó este miércoles en una entrevista radial el abogado de Bruglia y Bertuzzi, Alejandro Carrió. Es más, en su «per saltum» ante la Corte señaló que la fallecida jueza Carmen Argibay -juez del máximo tribunal al final de su carrera- había sido trasladada de una cámara de apelación a un tribunal oral, según publicamos y destacamos en aquel momento. Carrió se quejó de que sus representados se hubieran enterado por la prensa del contenido de la sentencia que los involucraba y no por la notificación oficial de la Corte. Cuando le advertí el párrafo de arriba, antes de ser notificado, habló de «precariedad» y señaló que «el remedio es peor que la enfermedad», por la solución que el tribunal oficializaría unas horas después.

Apenas tuve acceso a la síntesis del fallo adelantado comenté ese punto, el séptimo del dispositivo, con varias fuentes y todas quedaron sorprendidas, incluido el Consejo de la Magistratura, adonde pasó la pelota ahora. Allí recordaron dos casos de jueces alcanzados por lo dispuesto por la Corte. Ellos son Mirta Tyden de Skanata, juez de la Cámara Federal de Posadas, y Enrique Velázquez, del fuero penal de Menores, que intervino en el caso Chocobar, por ejemplo. Varios de los que estaban en esa situación se jubilaron a principio de año para no perder el beneficioso régimen modificado por el actual gobierno (este tema merece otro posteo ya que me dicen que hay gente que aún no pudo cobrar su haber desde el cambio del sistema).

Pero la cuenta da más casos. Por ejemplo: ¿qué pasaría si Eduardo Farah pide al Consejo anular su traslado a San Martín y regresar a la Cámara Federal de la discordia en Comodoro Py? ¿Y el juez federal con competencia electoral en Jujuy? Por si el lector no entrenado no lo comprendió: la Corte dijo que los traslados no son definitivos sino transitorios porque «las costumbres inconstitucionales no generan derechos» -pese a lo afirmado en dos acordadas de 2018- y que los trasladados deberán concursar para ocupar eficazmente el cargo que ya ocupan, que pasará a manos del nuevo titular que surja de ese proceso, que puede no ser ellos. Ergo: ¿vuelven a su cargo anterior al traslado? ¿Y si ya fue ocupado legalmente por un colega? Pampa y la vía. Otros, los opositores por antonomasia a los traslados, dirán: «sin el pan y sin la torta».