No sólo la demanda el Presidente sino también Sigman, por sus dichos en la TV.
La ex ministra de Seguridad y actual titular del partido Propuesta Republicana (PRO), Patricia Bullrich, habló el domingo a la noche en el canal de TV del diario La Nación de la demanda civil que le hizo el presidente Alberto Fernández por declaraciones previas suyas en el mismo programa conducido por el colega Luis Majul sobre la vacunación contra el Covid-19 y la no contratación inicial por parte del Gobierno del laboratorio estadounidense Pfizer para combatir al coronavirus de la pandemia.
Allí se supo, por ejemplo, que el titular del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) pagó de tasa de justicia por ese inicio de demanda, a través de un banco del que no es cliente, más de tres millones de pesos, es decir casi su sueldo de más de un año y más de la mitad de lo que tiene declarado como patrimonio. Amén de esa rareza -que motivó luego una denuncia penal en Comodoro Py contra Fernández por presunto enriquecimiento ilícito-, lo que no se dijo allí es que Bullrich también afronta un reclamo similar del empresario Hugo Sigman, titular del laboratorio argentino supuestamente involucrado y apuntado aquella vez por ella en su pública exposición televisiva.
A diferencia del Presidente, Sigman no es representado en el juicio por el mediático Gregorio Dalbón sino por la menos conocida abogada Flavia Castagnino. Aunque los hechos son los mismos -las declaraciones públicas que hizo Bullrich en mayo en torno a las negociaciones del Gobierno con el laboratorio Pfizer- Sigman no reclamó 100 millones de pesos como resarcimiento sino la quinta parte de ello, 20 millones. Y no puso al Instituto Malbrán como beneficiario del eventual triunfo judicial sino al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. En el fondo, la demanda es por lo mismo. Un daños y perjuicios, como le dicen en Tribunales. Aquí la adjuntamos para información de los lectores exigentes.
Sigman dijo haber acudido a la Justicia tras la fracasada mediación obligatoria previa por haberle adjudicado Bullrich a él «falsamente una supuesta participación necesaria en un grave ilícito penal vinculado con una supuesta maniobra por parte de funcionarios del Ministerio de Salud de la Nación tendiente a imponer al Laboratorio Pfizer la contratación de una empresa de titularidad del suscripto para la manufactura y provisión de vacunas para atender la situación generada en virtud de la pandemia de Covid-19». Sigman es la cara visible del Grupo Insud, un conglomerado empresarial involucrado en la industria farmacéutica, y quedó en la picota esta semana por las revelaciones de los llamados Pandora Papers.
La titular del PRO había hablado aquella vez de un «retorno» al «empresario que es el mismo de AstraZeneca» (en alusión a Sigman) y vinculado el supuesto ilícito a «la matriz de negocios kirchnerista», según recordó el demandante en su escrito de inicio de juicio. Consultada ahora por el tema por Majul, Bullrich dijo: «Los argentinos hemos sufrido mucho por no haber tenido a tiempo la vacuna. ¿De qué me voy a retractar? ¿De proteger a la sociedad que debía haber tenido esto? Yo creo que ese día se dijo la verdad y se logró destrabar algo que para la sociedad fue muy importante. Poder tener muchas más vacunas». Acertada o no su conclusión, demandada ella está y el resultado electoral de las PASO de septiembre, a la vista. Ganó la oposición y fue derrotado el oficialismo, como pasó con casi todos los oficialismos en el mundo pandémico.
La aparición televisiva de la líder formal del PRO indicaría alguna preocupación por la suerte de estas demandas. La abogada/columnista que presentó la noticia, Silvina Martínez, la misma que debió dejar su cargo en la Inspección General de Justicia (IGJ) casi una década atrás al descubrir el intento vano de cobertura legal kirchnerista al entonces vicepresidente y luego condenado en el caso Ciccone Amado Boudou, dijo creer que al no haber mencionado por su nombre al Presidente Bullrich cuenta con las de ganar. Dudoso, ya que era obvio que hablaba de él.