En línea con la Corte, rechazaron el amparo de Castelli

Una subrogante dijo que su traslado no es definitivo y que deberá ir a concurso.
Obediencia debida. Marra Giménez no se apartó de lo dicho por la Corte en los casos de Bruglia y Bertuzzi.

El tercer juez de los famosos traslados en el Poder Judicial que llegaron no solo a la tapa de los diarios sino hasta la Corte Suprema nacional, Germán Castelli, sufrió esta semana el mismo revés que sus colegas Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia. La jueza federal subrogante Macarena Marra Giménez rechazó este viernes su acción de amparo para permanecer en los tribunales de la Avenida Comodoro Py como vocal del Tribunal Oral en lo Criminal Federal 7 (TOCF7) y deberá concursar para ejercer ese cargo de manera regular y «hasta que la vida nos separe», como debiera ser naturalmente para todo magistrado. Ahora tendrá plazo fijo. La misma solución había aplicado el máximo tribunal con los otros dos jueces y Marra Giménez vio ineludible pronunciarse de igual manera, pese al reclamo de Castelli de que se trata de un caso distinto.

«En atención a la luz de las directrices establecidas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el precedente reseñado, que la suscripta debe aplicar (Fallos 25:364 entre otros), de estricta aplicación al caso frente a la realidad jurídica planteada, no cabe más que concluir que la acción de amparo en los términos en los que ha sido planteada, no puede prosperar», expresó Marra Giménez, secretaria de la sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal pero subrogante desde hace seis años del juzgado 12 de ese fuero.

Decisión. Castelli no solo perdió en su reclamo sino también deberá pagar los gastos del juicio.

Vaya paradoja, señaló Juez y Parte en su momento, al juez objetado por no contar con acuerdo del Senado para el cargo que ocupa le tocó en suerte para resolver su caso una jueza que no es jueza sino secretaria de Cámara y subrogante. Castelli la había recusado de inicio pero no tuvo éxito en su apartamiento. Y Marra Giménez quedó fuera de los elegidos por el presidente Alberto Fernández en el envío de pliegos a la cámara Alta para cubrir las vacantes en la primera instancia del fuero.

La historia es sabida. Tal como habían hecho antes Bruglia y Bertuzzi, Castelli acudió a la Justicia para evitar ser removido de su cargo, lo que ocurrirá en un plazo fijo pero a la vez indefinido, según lo que dijo la Corte y ahora también Marra Giménez. El gobierno de Alberto Fernández había enviado al Senado los pliegos de una decena de jueces trasladados de puesto por administraciones anteriores por no contar con el acuerdo del Senado para ello. La cámara Alta rechazó las propuestas y luego la Corte dictó un fallo que ordenó mantenerlos en sus cargos actuales hasta que esos puestos sean cubiertos a través de un concurso en el Consejo de la Magistratura, donde se inició toda esta cuestión. Ellos alegaron que difícilmente ganen esos concursos si dependiera de este Gobierno y la actual composición del Senado.

Tampoco está de más recordarlo. Y de allí las críticas a la movida oficialista. Bertuzzi y Bruglia integran como trasladados la sala I de la Cámara Federal de Comodoro Py y por ellos pasan la mitad de las causas sensibles al poder político. Castelli está en el tribunal oral que deberá juzgar a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la causa conocida como «los cuadernos de las coimas», que esta semana tuvo un importante respaldo de la Cámara Federal de Casación Penal al validarse la llamada «ley del arrepentido».

La oposición -y buena parte de la opinión pública, protestas en cuarentena incluidas- cree que la iniciativa oficialista tuvo como fin beneficiar a la ex presidenta en su complicada situación judicial. Los tres habían sido trasladados durante el gobierno de Mauricio Macri aunque Bertuzzi arrastraba un traslado previo firmado por la propia vicepresidenta cuando era presidenta.

El fallo de Marra Giménez, de 25 páginas a las que Juez y Parte tuvo acceso y aquí debajo comparte, reseña lo decidido por la Corte un mes atrás en los casos de Bruglia y Bertuzzi. Y por los argumentos citados en el párrafo extraído y citado arriba ello fue determinante para la definición de su caso. Una semana antes Castelli le había pedido a la magistrada subrogante apartarse del criterio establecido por el máximo tribunal en el amparo planteado de manera conjunta por sus dos colegas.

Pero no hubo caso. Corrió la misma suerte que ellos: a partir de ahora será un juez a plazo fijo porque lo peor del asunto es que no está claro qué ocurrirá si debiera regresar a su antiguo puesto en el TOCF3 de San Martín con un concurso en marcha que también cubrirá ese puesto. Lo decidido por la Corte alcanza a muchos más magistrados en su misma situación, como por ejemplo la jueza federal con competencia electoral en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, María Servini.

Castelli apelará ahora la decisión de Marra Giménez a la Cámara Contencioso pero probablemente este tribunal ratifique lo que ya había dicho al momento de resolver la medida cautelar oportunamente planteada y rechazada en las dos primeras instancias aunque receptada parcialmente en la Corte. De ser así no le quedará otra chance que volver a recurrir al máximo tribunal y vuelta a empezar la historia. Pero esto quizás lo aparte de la «causa cuadernos», donde ya actuó en varias cuestiones procesales aunque no aún en la convocatoria al juicio oral que tendrá a la vicepresidenta en el banquillo de los acusados.