Una advertencia sobre la reforma judicial que pasó de modo avión a modo tortuga.

Bastante tela dejó para cortar el fallo de la semana pasada de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre los traslados de los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, que este lunes volvieron a los cargos de los que el oficialismo los había corrido y en los que los repuso el máximo tribunal al menos por un tiempo. La principal hilacha es la extensión de sus casos a los de «todos» los «trasladados», una cuestión rápidamente advertida aquí y demorada en llevar a los lectores. Pero hubo una mención al pasar en el voto mayoritario de tres sobre cinco -la proporción aplicable para toda decisión del máximo tribunal cuando se decidió acortar el poder del presidente, actualmente Carlos Rosenkrantz- que no fue desapercibida por lectores atentos tanto de este blog como de su difusión en Twitter y, sobre todo, de los documentos judiciales, uno de los leit motiv de Juez y Parte.
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